Una mirada psicopedagógica de las escuelas (en tiempos de COVID-19): ¿hay lugar para la inclusión?

Abstract

Los Cuadernos Críticos se nos presentaron como la oportunidad para poner en común algunas ideas que aporten a la reflexión colectiva, y a la vez como una apuesta al lazo con otros para seguir tejiendo tramas a partir del intercambio y la discusión desde perspectivas diversas. Tienen que ver con la intención de conmover, movilizar, alterar el lenguaje con el que se piensa, dice y hace eso que se llama educación (Skliar y Téllez, 2008), enfocados en las escuelas y en los debates que podamos abrir como psicopedagogos/as. La praxis nos conduce inevitablemente por caminos que resultan ser significativos para la construcción de los aprendizajes en ámbitos escolares, donde una lectura de la inclusión — como temática demandada a partir de la interacción con las mismas escuelas—, otorga significados en relación con la problemática del aprender, el trabajo de las estrategias de enseñanza desplegadas y el conocimiento de los contextos particulares donde estos se inscriben. Consideramos pertinente el abordaje de la problemática desde una perspectiva clínico-crítica, que constituye nuestro posicionamiento como profesionales e investigadores en el campo educativo escolar. Allí “las situaciones de aprendizaje debieran ser procesos de escucha y acontecer en el marco de un vínculo” (Fusca, 2019, p.106) en el que la escuela puede transformarse en un espacio de oportunidades subjetivantes donde se produzcan procesos de habla y de escucha a partir de prácticas pedagógicas alternativas, creativas, con lazos que habiliten las posibilidades de los estudiantes en un contexto sociohistórico particular. Nos interesa considerar la singularidad de las y los estudiantes y, aunque hay quienes sostienen que el dispositivo escolar está en crisis, apuntamos a la idea de transformarlo, con las complejidades y tensiones que ello implica, atentos a no caer en la patologización de las conductas en la lógica medicalizante que ve en la infancia desviaciones del modelo considerado normal, ideal, universal. La apuesta es poder escuchar a los niños, niñas y jóvenes en las escuelas, procurando que el dispositivo propuesto no aplane la dimensión subjetiva ni de los que aprenden ni de los que enseñan. El desafío es mantenerse cerca de las necesidades e intereses de las y los estudiantes, acortando las distancias entre lo que se enseña, cómo se lo enseña y cómo es aprendido en cada escuela.